Calder and the Beastie
Oswaldo Guayasamín
Una obra de Oswaldo Guayasamín
Calder's "Beastie" 1974
Arte en aviación
A veces siento que hemos perdido mucho, cuando reviso el lenguaje común de estos tiempos. Hablamos de cumplir metas, analizamos índices de crecimiento y rentabilidad, nos preocupamos por la participación de mercado, los negocios, tener, comprar y vender, cumplir objetivos, etc. Más preocupante aun, veo que nuestro sistema educacional gira en torno a las mediciones y resultados de las pruebas SIMCE y la PSU, donde dejamos poco o nada de espacio para trabajar y zambullirnos en la belleza que nos ofrece el arte, el teatro y la música en sus diversas formas. Los jóvenes enfocan sus intereses de futuro, en base a los ingresos que pueden llegar a percibir ejerciendo una determinada profesión, ignorando lo que les dicta su corazón en función de los dones que poseen.
No puedo dejar de recordar los años 70 donde con mucho romanticismo, algunas aerolíneas se atrevieron a impregnar de colores, el fuselaje de sus aviones, para graficar el espíritu de un determinado país o región a la cual volaban o servían con esmero.
Es el caso de la aerolínea norteamericana Braniff International que en 1973 comisionó al afamado artista y escultor Alexander Calder, para que pintara una maqueta de un avión DC-8-62, con el fin de representar fielmente el espíritu, la diversidad y colorido que se encuentran en los pueblos latinoamericanos.
Logró interpretar muy fielmente lo que la compañía le transmitió con este proyecto, lo cual se materializó en una linda pintura exterior en el fuselaje de un avión MacDonnel Douglas DC8-62, avión que surcó los cielos de América entre 1973 y 1980 y que Calder definió como "Un gran móvil volador y eso me gusta."
Alexander Calder, un gran artista que se hizo famoso por sus grandes esculturas móviles decía: "¿Porqué el arte tiene que ser estático? Uno mira lo abstracto, esculpido o en una pintura y observa arreglos de planos, esferas y núcleos absolutamente sin sentido. Sería perfecto pero están siempre estáticos. El próximo paso en la escultura es el movimiento." Gracias a su pasión, talento y perseverancia, desarrolló lo que hoy se conoce como "el arte en movimiento", en una inmensa variedad de esculturas y móviles a gran escala que se pueden ver en muchos museos y colecciones privadas de todo el mundo.
"Quiero hacer cosas que diviertan cuando se vean" A. Calder
El efecto "Calder" en el mercado aéreo latinoamericano fue impresionante y hubo varias compañías aéreas que pensaron en reproducir la particularidad de sus pueblos, en el fuselaje de sus aviones de su "línea aérea de bandera".
Es el caso de Ecuatoriana de Aviación que sostuvo conversaciones con el afamado pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, las que finalmente nunca llegaron a concretarse.
La obra del maestro Guayasamín no puede menos que ser catalogada de magistral. Dotado de un gran talento, realizó su primera exposición de arte a los 23 años de edad, marcando el comienzo de una vertiginosa y prolífera carrera que lo llevaría a exponer en los museos de todas las grandes capitales latinoamericanas y a ganar premios de gran envergadura, desde temprana edad, como fue el caso de la Bienal de España, a sus 33 años de vida.
Su obra se caracteriza por mostrar el sufrimiento humano, por todos los conflictos bélicos, revueltas y revoluciones políticas que marcaron su vida y la de su pueblo durante gran parte del siglo XX (1919-1999). Hablaba con franqueza y así definía su trabajo:
"Pintar es una forma de oración, al mismo tiempo que de grito. Es casi una actitud fisiológica, y la más alta consecuencia del amor y la soledad. Por eso, quiero que todo sea nítido, claro, que el mensaje sea sencillo y directo. No quiero dejar nada al azar, que cada figura, cada símbolo, sean esenciales. Porque la obra de arte es la búsqueda incesante de ser como los demás y no parecerse a nadie.
Muy crítico de la sociedad, dijo en una o e "Los hombres han canalizado todo su poder de amistad hacia los gatos y los perros, y no les queda para sus semejantes."
Habría sido maravilloso poder disfrutar de una de sus abras, en el fuselaje de un avión, así como lo pudo hacer Alexander Calder en su oportunidad. Claro que el inexorable paso del tiempo se encargó de borrar todo vestigio de ese trabajo en los aviones, a diferencia del maestro Guayasamín que nos ha dejado como uno de sus legados, el proyecto más importante que él llamó "La Capilla del hombre" y que resume muy bien, el gran amor que él sentía por su pueblo y por la humanidad.
Ambos fueron grandes artistas, de un origen muy diferente y con una concepción de la sociedad muy contrapuesta, pero que vivieron unidos, en torno al arte y la belleza y cosecharon grandes e importantes reconocimientos.
Es poco probable que participemos en una Bienal. Lo que sí le podemos decir con propiedad, es que en SKY AIRLINE cultivamos el arte del buen servicio, que nuestro mejor cuadro es recibir una sonrisa de satisfacción y nuestra mayor recompensa es cuando usted decide volver a viajar en uno de nuestros vuelos.
¡Seguiremos mezclando colores para entregarle lo mejor de nuestra gente!
Hugo Donoso Palacios
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