Siempre he sentido una fascinación muy especial por las abejas y una admiración por la aviación.
Curiosamente existe cierta similitud entre ambas, que quisiera compartir en esta columna.
El trabajo de "polinizar" es muy importante, para la humanidad. Las flores tienen un elemento, como un polvo que se llama polen, el cual al juntarse con el polen de otra flor de la misma especie, desencadena el misterio fascinante de la reproducción y nace una nueva flor.
Bueno, ese trabajo maravilloso de polinización lo realizan las abejas, las que polinizan un tercio de los alimentos que consumimos los seres humanos. Como contraparte, la aviación comercial transporta un tercio de la población mundial, anualmente. El incansable trabajo de polinización de las abejas hace florecer extensas superficies de campo y la conectividad de las líneas aéreas genera el encuentro entre personas, comunidades, culturas y hace florecer los negocios y el entendimiento entre los pueblos.
Existen unas 20.000 especies de abejas conocidas y unos 23.844 aviones en servicio activo, (19,203 jets y 4,641 turbohélices).
Algunas abejas son muy especializadas y colectan polen de pocas especies, mientras otras son más generales y colectan de varias flores. Con las compañías aéreas ocurre lo mismo en sus respectivos mercados y cada línea aérea se especializa en una o en varias rutas o mercados.
Las abejas de “largo alcance” pueden volar una distancia de hasta 12 kilómetros y el avión Boeing 747-SP tiene una autonomía de vuelo de 12.315 kilómetros, ahora superado por el Boeing 777.
Abejas y personal de líneas aéreas trabajan muy arduamente y con exigentes niveles de control y disciplina. Abejas y aviones generan empleos de valor y contribuyen a la disminución de la pobreza y al desarrollo de las comunidades.
Ambas se dedican al transporte; unas del polen y las líneas aéreas al de personas, carga y correo.
Abejas y líneas aéreas tienen una “reina” y trabajan incansablemente en torno a ella. Para las aerolíneas, su “reina” es usted, nuestro usuario y cliente.
Las abejas han sido amenazadas últimamente, por un ácaro parasitario llamado varroa, que las está exterminando, lo que tiene muy preocupadas a las autoridades fitosanitarias a nivel mundial.
Las amenazas para las líneas aéreas son el precio del combustible, los cielos protegidos en algunos países, regulaciones exageradas, elevados costos de explotación y comercialización, los que introducen una serie de ineficiencias y distorsiones en el negocio.
Algunos expertos han llegado a sostener que si desaparecieran las abejas, la humanidad enfrentaría graves problemas alimentarios, dado que la reproducción de más de 250.000 especies de plantas florales, dependen de las abejas.
La aviación comercial transporta a más de 2.200 millones de personas por año y sirven a más 3.754 aeropuertos, en una red de rutas de varios millones de kilómetros. Paga tasas aeroportuarias por más de 40.000 millones de dólares, genera más de 32 millones de puestos de trabajo y aporta con el 8% del PIB mundial.
En ambos casos, se hace un buen trabajo de vigilancia, para asegurar la preservación y desarrollo de abejas y aviones.
Las abejas melíferas viven en sociedades, con roles bien definidos que incluyen divisiones del trabajo entre las abejas obreras. Las obreras son abejas hembras cuyas tareas incluyen la limpieza, mantenimiento y defensa de la colmena, la crianza de las más jóvenes y la recolección del néctar y el polen.
La organización social de una línea aérea, al igual que las abejas, distribuye sus tareas entre sus empleados, en labores técnicas y comerciales, de administración, limpieza de sus aviones, oficinas, áreas de trabajo y de atención al público, mantenimiento de aviones e instalaciones, capacitación del personal más joven en ventas, reservas, operaciones de vuelo y en atención al cliente.
Las abejas son trabajadoras por excelencia y construyen sus colmenas, luego vigilan y protegen sus panales, cuidan celosamente su entorno y trabajan admirablemente en equipo. Las líneas aéreas han desarrollado complejos procesos de seguridad y ambas comparten el hermoso propósito de servir.
En SKY AIRLINE y gracias a nuestra constante labor de observación, hemos aprendido mucho de las abejas, de su organización, esfuerzo, trabajo individual y colectivo, disciplina y espíritu de equipo. Asimismo nos preocupamos mucho por los aviones, que son máquinas que nos han acercado al cielo, en sus 109 años de historia.
Al igual que lo hacen las abejas, trabajamos diariamente para velar por nuestra “reina”, que es el público viajero.
¡Gracias por acompañarnos en nuestra diaria labor de acercamiento y conectividad!
Feliz viaje,
Escrito para la revista de SKY Airline, por Hugo Donoso
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